domingo, 26 de abril de 2015

HACERSE HOMBRE: ALGUNAS REFLEXIONES DESDE LAS MASCULINIDADES

 La categoría género es una construcción y sistema social de relaciones que se constituye a partir de la simbolización cultural de las diferencias anatómicas entre varones y mujeres, y las relaciones entre ambos.
De este modo, el género se constituye en una realidad objetiva y subjetiva en la vida de los sujetos.
 El hecho que a partir de diferencias biológicas de los sexos se hayan construido diferencias culturales para cada uno, nos relaciona con este sistema sexo género y la estructura de poder de nuestras sociedades, en la que la supremacía del varón se logra a través de la internalización de ciertos roles y significados, y de la negación y represión de otros: mujeres, hombres gay, minorías raciales 
La masculinidad es una colección de normas y significados que cambian constantemente en el contexto de relaciones inter- género (hombres y mujeres) e intra- género (entre hombres). Hay dos elementos fundamentales en el estudio de las masculinidades: la pluralidad y las jerarquías entre versiones de ser hombre. La pluralidad en las masculinidades nos muestra que hay muchas formas de ser hombres, lo cual varía entre culturas y sociedades, pero también dentro de un mismo grupo humano. Estas variaciones se dan en función de variables como la raza/etnicidad, clase social, orientación sexual, estatus migratorio, edad, entre otras. Al mismo tiempo, en todo grupo humano siempre hay versiones de masculinidad más valoradas que otras. Estas versiones están jerarquizadas en torno a expectativas sociales que configuran versiones “exitosas” y “fallidas” de masculinidad
Diversas instituciones como la religión, la familia o la escuela, y actores como padres y madres, profesores o amigas, incentivan ciertas representaciones de masculinidad mientras que inhiben o prohíben otras versiones consideradas menos masculinas. 



EL CAMINO A HACERSE HOMBRE:
Es la gran problemática entre los varones, pues no se alcanza a través  de intercambio de experiencias interpersonales sino del logro de imperativos como la demostración de la fuerza física o de la o de la intensa actividad sexual 
Está relacionada al género, proceso que implica cuatro dimensiones:
1) Hegemonía :Representación ideal de ser hombre ,ya que actúa como una aspiración en lugar de ser una realidad 
Crea una imagen de un hombre de verdad, alguien por encima no solo de la mujer sino también de otros hombres.


2) Subordinación: Aprueba a los hombres heterosexuales y  repudia a los homosexuales.



3) Complicidad : Los hombres establecen “alianzas” entre ellos para para sostener la subordinación de la mujer 

4) Marginación: Clase social, raza y a migrantes indocumentados.





LA CAUSA Y LA CALLE DE LOS PROCESOS DE HACERSE HOMBRE:
El despacio domestico provee los primeros mensajes de masculinidad y sexualidad  y es ahí donde se sientan las bases para la construcción de la identidad de los sujetos.
La mayoría de varones latinoamericanos, jóvenes, adultos, heterosexuales, bisexuales y homosexuales  señalan que la sexualidad era un tema ausente en sus familias, el famoso “de eso no se habla”. Algunos autores la llaman la cultura del silencio.
Dejando ausente el tema de embarazos y enfermedades de transmisión sexual en los discursos familiares. 
La transición de este mundo al de la calle implica el adaptarse  a un nuevo mundo imprevisto y accidentado donde los niños tienen que descubrir y aprender a convivir con las reglas y jerarquías diferentes a las de la casa.
En este sentido, el colegio para algunos es una prolongación de los espacios de amistad que tienen con pares del barrio, y para otros, aquellos que no tenían un grupo de pares en el barrio, se convierte en el primer espacio de interacción y creación de un grupo de amigos, con los que en última instancia se comparte el proceso de construir su masculinidad y sexualidad, lejos de los socializadores mayores.

 

EL GRUPO DE PARES Y LOS RITUALES  DE LA  MASCULINIDAD: 
Por lo general el grupo de pares está conformado por un grupo de amigos del mismo rango etáreo y posibilita el inicio de relaciones más democráticas que las existentes entre padres e hijos.
 La importancia radica en introducirlos de lleno en los ámbitos masculinos por excelencia: la calle y el espacio público. Es, además, en el grupo de pares donde se consolidan los límites y fronteras de la identidad masculina, a través de la actualización de gestos, rituales de masculinidad y sexualidad.

Como por ejemplo: 
 Deben  beber alcohol  “como hombres” y censura a los que fallan. Por otro lado, en cuanto a la fortaleza física, lo más importante es sobresalir en deportes considerados masculinos como el fútbol, donde la expectativa no es ser un experto en deportes, sino participar activamente en ellos sin dar muestras de temor por la rudeza del juego.
 La literatura sobre violencia y masculinidad muestra como los varones, en diferentes contextos culturales, son los más propensos a ser víctimas de la violencia de otros varones. Esta violencia va desde bromas pesadas, peleas hasta violencia más seria como el bullying o el abuso físico y sexual. Lo más dramático de esta violencia es que en muchos casos permanece invisible debido a la presión social sobre los varones de defenderse como “hombres de verdad”.
En los trabajos con varones tanto heterosexuales como homosexuales, la actividad sexual, el debut sexual y el alardeo sobre desempeños sexuales son importantes para la constitución de la identidad masculina, sin embargo, lo que los varones más valoran en su proceso de hacerse hombres es la adquisición de valores morales y fortaleza emocional. 
Si en la casa el imperativo era ser honesto, trabajador y honrado, con los amigos el imperativo es ser solidario, amigo fiel, leal e incondicional. Y, en ambos espacios los varones tienen que reconciliar sus identidades integrando discursos morales de actuación masculina.
DISCURSOS EMERGENTES SOBRE MASCULINIDAD: 
Los medios de comunicación producen y reproducen modelos de masculinidad que, en algunos casos, puede reforzar los discursos hegemónicos y, en otros, cuestionar estos ideales de actuación ofreciendo modelos y mensajes  alternativos de masculinidad. De hecho, algunos aspectos de la estética masculina se reconfiguran ante una creciente presión social y de consumo de medios por “verse bien”, y lo que antes se consideraba poco masculino en el arreglo personal es hoy una constante que no cuestiona las identidades de los hombres (metrosexualidad).

Por ejemplo, un aspecto destacado en la identidad de jóvenes de clase media urbana son las constantes alusiones a las búsquedas de ampliación de su moratoria social, esto es, de no asumir responsabilidades ni compromisos definitivos una situación que se acentúa cuanto mayor es el nivel económico y la escolaridad de los jóvenes.
 Esta ampliación de la moratoria se centra básicamente en aspectos como la educación y en extender el tiempo para el inicio de la formación de una familia, de forma tal que algunos pilares de la masculinidad hegemónica como el imperativo de ser proveedor se relativizan en esta generación. Por otro lado, las adolescentes y jóvenes de sociedades urbanas occidentales presentan discursos emergentes de sexualidad y masculinidad que cuestiona los límites de la masculinidad hegemónica. Evidencia empírica en diversos contextos sociales urbanos muestran como los varones jóvenes se sienten crecientemente más cómodos de expresar sus emociones, desarrollar relaciones amicales con mujeres y otros varones. Estos discursos y prácticas emergentes nos alertan sobre la necesidad de considerar los cambios en las masculinidades y prestar atención a las tensiones entre versiones emergentes y hegemónicas de las mismas. 
A MODO DE CONCLUSIONES: 
Los adolescentes y varones aprenden desde muy temprana edad que la sexualidad masculina se constituye en torno a fronteras delimitadas que actúan como un repudio a lo que se considera dominio de lo abyecto, de aquello que un varón, para ser valorado como tal, no debe cruzar jamás: la feminidad y la homosexualidad pasiva. Estas fronteras de la sexualidad masculina están centradas en el fantasma normativo del sexo que coloca al homoerotismo y a la pasividad, como fronteras que un “verdadero hombre” no debe pasar jamás.  
 Mientras que algunos varones cumplen exitosamente las pruebas e imperativos de masculinidad y sexualidad hegemónicas; otros varones, en cambio, viven esta situación como pruebas inalcanzables y la amenaza en convertirlos en masculinidades fallidas.
En este sentido, la masculinidad hegemónica tiene el poder simbólico de ser el modelo socialmente valorado, pues actúa como el referente frente al cual los jóvenes y adultos miden su masculinidad. Esta versión de masculinidad no es estática, sino que  siempre hay tensiones y negociaciones en las relaciones que los varones establecen con otros varones, con las mujeres y consigo mismos. 
El alardeo sexual, gestos de violencia y la homofobia son centrales en este largo proceso de hacerse hombres. La homofobia funciona como un fantasma disciplinario de los libretos de género y sexualidad, y de hecho, a día de hoy, no ser mujer ni ser “maricón” siguen siendo los imperativos más arraigados en la vida de varones latinoamericanos.
Considero que existen cinco mecanismos principales en el proceso de hacerse hombre: 
  1. El rechazo del mundo femenino y actitudes consideradas femeninas
  2. El rechazo de la homosexualidad pasiva y un manejo adecuado de la homofobia y el  homoerotismo
  3. El desempeño sexual heterosexual y alardeo sobre estas performances
  4. La toma de riesgos y los gestos de violencia
  5. La incorporación de valores morales
Este es el viaje que todo hombre tiene que atravesar, reconciliando contradicciones y acumulando en el camino capital masculino.  Los varones tienen que aprender a reconciliar las contradicciones entre expectativas de ser un hombre de bien y representar los valores más nobles de la masculinidad como responsabilidad, honestidad y trabajo, con expectativas de ser conquistador de mujeres, buen tomador de alcohol y alardear sobre sus conquistas.  Los adolescentes y jóvenes varones tienen que aprender que en este difícil camino de hacerse hombres su tarea más importante es integrar estas contradicciones inhe rentes a la masculinidad. 


COMENTARIO:
Los hombres se les ensañan desde niños los comportamientos que deben tener para llegar a ser unos verdaderos hombres, ya sea en la familia o en el grupo de amigos ya que estos ponen estándares o  rituales para pertenecer  al grupo en el caso de los amigos.
Enseñándoles desde niños que ellos tienen que ser rudos y fuertes y sustentar a su familia, para así lograr tener la aprobación de los demás, ya que si no lo demuestran pueden ser tildados como homosexuales y ser rechazado por los demás.
Pero ser hombre  no solo depende de eso sino también de los valores como ser honesto, trabajador y honrado,  solidario, amigo fiel, leal e incondicional. Integrando discursos morales de actuación masculina.
Glosario:
Etáreo: Perteneciente o relativo a la edad de una persona 
Homoerotismo: Tendencia social caracterizada por la presencia de emociones eróticas o deseos sexuales que se centran en una persona del mismo sexo.
Hegemonía: Dominio de una entidad sobre otras de igual tipo

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